La tecnología Low-Code constituye un reciente intento de acercar la programación al usuario de la línea de negocio -conocido como desarrollador ciudadano-, con el fin de extender en las empresas la programación de aplicaciones, en especial las diseñadas para ejecutar en dispositivos móviles con datos residentes en la nube, para dar así una rápida respuesta a las continuas necesidades de digitalización derivadas de operar en mercados cada vez más dinámicos.
Esta tecnología está generando una oferta de plataformas específicas para desarrollo Low-Code que es consumida por organizaciones que buscan, por una parte, empoderar a sus empleados con objeto de aumentar la capacidad de digitalización de procesos en la empresa, y, por otra, ahorrar en costes de programación gracias a la velocidad de desarrollo que posibilitan estas plataformas.
Entre estas plataformas encontramos la desarrollada por Microsoft, denominada Power Platform, cuyos resultados prácticos en la digitalización de procesos confirman los ahorros de tiempo y simplicidad de uso frente a la programación tradicional, si bien, es conveniente precisar los dos escenarios en los que, en base a nuestra experiencia, mejor pueden aprovecharse estas ventajas.
Así, podemos identificar un primer escenario de carácter táctico, para aquellos casos donde sea necesario dar una respuesta rápida de digitalización a una necesidad organizativa o de adaptación al mercado, encuadrada en procesos de negocio relativamente simples y con bajos requisitos de programación, donde el usuario final, gracias a su conocimiento empresarial y a la facilidad de uso de estas tecnologías, podrá dar cobertura mediante aplicaciones desarrolladas por sí mismo.
Estaríamos hablando de procesos de negocio de baja complejidad que requieran de un soporte de datos sencillo, con unas pocas tablas, relacionadas o no, y cuyos requerimientos de programación se basen exclusivamente en la generación de formularios para la adición de registros y visualizaciones simples. En definitiva, escenarios propicios para que el desarrollador ciudadano explote la ventaja de la facilidad de uso de las tecnologías Low-Code, mediante la creación de aplicaciones ligeras, que respondan a necesidades organizativas y de adaptación rápida al mercado.
El segundo escenario, de carácter estratégico, estaría relacionado con la mecanización de procesos de mayor complejidad y elevados requisitos de codificación, donde las aplicaciones Low-Code serán programadas por TI o subcontratadas a profesionales externos especializados -surgidos de iniciativas de emprendimiento- , y cuya finalidad será utilizar la considerable reducción de costes que se deriva de la velocidad en el desarrollo, para acelerar o hacer financieramente factibles proyectos de transformación digital.
Nos referimos en este caso a procesos complejos que requieran implementar una gran cantidad de lógica de negocio, que necesiten conectarse a una o a varias bases de datos, con múltiples tipos de relaciones, donde se usen componentes o consultas complejas, con un elevado número de usuarios actuando con diferentes tipos de rol, o incluyan herramientas IA o de análisis de datos avanzado. Nos situaríamos, entonces, en escenarios más propicios para el desarrollador profesional, que podrá aprovechar la velocidad de desarrollo para acelerar la transformación digital o para hacerla viable desde el punto de vista económico.
Entre estos dos escenarios podemos encontrar situaciones mixtas que requieran colaboración entre desarrolladores ciudadanos y profesionales y de las que también será posible sacar provecho de las tecnologías Low-Code, sobre todo cuanto más universal sea la plataforma sobre la que se opere.
Finalmente, llegará un momento que debido al nivel de complejidad de ciertos procesos o motivado por los elevados requisitos técnicos asociados a la programación, el escenario resultante sea imposible de abordar mediante una plataforma Low-Code, en cuyo caso habrá que acudir a la programación tradicional.
Por tanto, aquellas organizaciones que se muevan en entornos de mercado cambiantes y dispongan de una amplia línea de trabajadores de negocio, pueden aprovechar la oportunidad que les brindan las tecnologías Low-Code impulsando iniciativas y apoyando al desarrollador ciudadano. Por su parte, las empresas que deseen acometer una transformación digital y tengan restricciones financieras, pueden aprovechar la oportunidad que les brindan estas tecnologías para digitalizar muchos de sus procesos a unos costes razonables, apostando, en este caso, por plataformas de desarrollo orientadas hacia el programador profesional en caso de disponer de TI, o bien, subcontratando los servicios Low-Code a proveedores externos especializados.